miércoles, 11 de agosto de 2010

Tres Espantapájaros

Tres espantapájaros vinieron a dormir hace unas noches en el patio, no sé de dónde han venido ni cuánto planean quedarse. Les pregunté y no querían nada, se quedaron en silencio, mirándome por momentos como si no esperaran nada, nada (...) Hoy cuando amanezca iré otra vez, no sé qué hacer, no espero que se queden, hacen sonidos de madera caliente y me preocupa qué tanto me dejan dormir. No es la primera vez, siempre lo he dicho, a esta casa no llegan nada más que incertidumbres, que pesadillas, mamá ha estado durmiendo toda la tarde y yo aún no he podido sentir el mediodía de este día que creo, es domingo (...) Ya llevan como una semana esos tres magos de madera y solo yo les presto atención, solo yo espero algo de ellos, un detalle, un regalo por la hospitalidad. No vienen no sólo pájaros y tórtolas, tampoco han vuelto a pasar aviones ni nubes de ningún tipo, el azul claro del cielo permanece igual todo el día y el sol! el sol está a punto de incendiarlo todo. Cuando sacamos a secar la ropa tenemos que estar pendientes que no termine en llamas como hace algunos años, nos mojamos las manos y ponemos en los colganderos todas las prendas: a ellas, a diferencia de los zapatos, no las espantan los tres espantapájaros, las he escuchado conversando y todo, hasta juegan aveces, se ponen en ellos por turnos y los hacen lucir diferentes cada día(...) Ya no sé cuánto llevan, ya perdí la cuenta, un día me desperté sin recordarlos entre sueños y pensé que estaban ahí desde que vi por primera vez el patio, olvidé la lluvia, el sonido de los aleteos, mamá no despierta, no despierta, ellos me miran de vez en cuando como lo han hecho toda la vida, este domingo no se acaba y mamá no despierta, no despierta...

1 comentario: