domingo, 16 de octubre de 2011

Espantagatos



Hacia adentro, las pocas personas que pasan, no ven más que las tórtolas muertas en la acera.

Aquella mujer de la casa vinotinto ha estado presentándose en los sueños de todos los vecinos, les pregunta por las recetas familiares, por el nombre de los niños, por el nombre de los juguetes de los niños, por las enfermedades de los últimos años, por la historia de los muebles, por la historia de la casa, pregunta, si los ha visitado un gato negro o de qué color, les enseña a hacer un espantagatos por si llega algún día, deben tener un recipiente con agua, sal, azúcar morena, trapos para desempolvar, arroz amarillo y ponerlo en el patio, no es magia, es un antiguo desarrollo humano, dice.

Los vecinos han estado haciendo reuniones en la casa parroquial, el incendio de la tienda de velas mató una gran cantidad de pájaros, cayeron todos ahogados y los gatos andan por los techos comiéndoselos. A nadie le gusta que los gatos coman animales muertos, sea cual sea el animal, porque las cosas que todos los niños temen comienzan a suceder: A dos padres viejos se los llevó un extraño ser de manos negras que salió por el armario, riéndose con maldad.

Los maleficios son solo un juego de las niñas, los niños salen a cazar gatos en sus bicicletas y ellas se sientan en ronda a inventar palabras, se miran a los ojos y se quedan en silencio cuando pasa un niño. Los niños mataron el perro más viejo del barrio, todos los perros han aullado toda la noche, golpeando las ventanas con una furia poco doméstica. Las niñas rezan, se cogen el pelo, les ponen las manos en los hocicos y recuestan las cabezas en los hombros de los niños. Los niños las toman de los antebrazos, las suben a las bicicletas, les dan la vuelta a la manzana y ellas llegan hablando sin parar de otras cosas, de otras tierras, de otros conjuros, con nuevas palabras, con nuevas historias y con un nuevo nombre escrito entre las arrugas que forman las líneas de su mano izquierda.

Las niñas se han presentado, jugando escondidijos, en los sueños de la mujer de la casa vinotinto, le han pedido que por favor toque la puerta antes de interrumpir de esa manera los sueños de sus padres, que ellos se despiertan a media noche confundidos a tomar pastillas porque a esa hora no saben cómo poder dormir.