viernes, 21 de mayo de 2010

Malas Horas

Las visitas a malas horas son sólo un invento tuyo, has visto más tierras y te desentiendes fácil de tu destino.

Esta ciudad se te está conviertiendo en un camino más, ya tus maléficas manos de carne y hueso están quemando todos los árboles que tocas y los pájaros, los pobres pájaros te aman, hacen milagros por ti, te dejan volar, te piden que cantes y tú caaantas sin decir una sola palabra. Ayer, como hace tanto te sentaste a esperarme y como yo te dije todo lo mismo tú respondiste igual. ¡Qué emoción que mis manos escuchan fácil! Si prometes no volver a tocarme la ventana a destiempos te mando a callar, te entierro afuera y quemo madera negra en tu nombre, el que yo te di.