miércoles, 11 de agosto de 2010

Tres Espantapájaros

Tres espantapájaros vinieron a dormir hace unas noches en el patio, no sé de dónde han venido ni cuánto planean quedarse. Les pregunté y no querían nada, se quedaron en silencio, mirándome por momentos como si no esperaran nada, nada (...) Hoy cuando amanezca iré otra vez, no sé qué hacer, no espero que se queden, hacen sonidos de madera caliente y me preocupa qué tanto me dejan dormir. No es la primera vez, siempre lo he dicho, a esta casa no llegan nada más que incertidumbres, que pesadillas, mamá ha estado durmiendo toda la tarde y yo aún no he podido sentir el mediodía de este día que creo, es domingo (...) Ya llevan como una semana esos tres magos de madera y solo yo les presto atención, solo yo espero algo de ellos, un detalle, un regalo por la hospitalidad. No vienen no sólo pájaros y tórtolas, tampoco han vuelto a pasar aviones ni nubes de ningún tipo, el azul claro del cielo permanece igual todo el día y el sol! el sol está a punto de incendiarlo todo. Cuando sacamos a secar la ropa tenemos que estar pendientes que no termine en llamas como hace algunos años, nos mojamos las manos y ponemos en los colganderos todas las prendas: a ellas, a diferencia de los zapatos, no las espantan los tres espantapájaros, las he escuchado conversando y todo, hasta juegan aveces, se ponen en ellos por turnos y los hacen lucir diferentes cada día(...) Ya no sé cuánto llevan, ya perdí la cuenta, un día me desperté sin recordarlos entre sueños y pensé que estaban ahí desde que vi por primera vez el patio, olvidé la lluvia, el sonido de los aleteos, mamá no despierta, no despierta, ellos me miran de vez en cuando como lo han hecho toda la vida, este domingo no se acaba y mamá no despierta, no despierta...

martes, 29 de junio de 2010

Encarceladas, las mujeres entran a ellas mismas. Adentro se encuentran con otras mujeres y se ponen a hablar de lo que hablan afuera. Cambian las cosas de lugar, abren las ventanas de arriba y buscan qué hacer.

Libres, los hombres salen a jugar, gritan y no escuchan nada, corren escapándose y persiguiendo y lo entienden todo al revés si una mujer les trata de explicar.

miércoles, 23 de junio de 2010

?

¿Cómo podrías saber tú que todo está en desorden?
Si abro las manos en este momento desataría antepasados, animales negros y destinos que nadie quisiera saber. Si me haces el bien deberías hacerme el mal, enterrar agujas en mi almohada antes de irte a dormir, no olvides que, antes de nacer y de saber contar, aprendimos lo mismo, tú al derecho y yo al revés.

domingo, 6 de junio de 2010

Ayer

No podemos ver nada, las mujeres están sueltas por el corredor, se meten al patio, algo están haciendo. Me están llamando, están descalzas haciendo ruidos pisando las baldosas quebradas. No toques la campana que te empieza el dolor de cabeza y te pones a maldecirme. Tus pactos con el demonio no me interesan porque sé, muy bien, que en el balcón se sientan a esperar tu sonido para poder entrar. Y los peces muertos! Enterrados en las materas, en los baldes de las goteras, en la cena. ¿Quién puso animales en la mesa? Los libros huelen a incienso, la biblia se está cerrando sola por las noches, los cuadros, las cruces, los espejos se quedan pegados a la pared, las calientan, a todos nos da fiebre y hablamos la tarde entera de los días: Ayer, el veinticinco, a las seis, cuando todo estaba apagado y las cortinas se cobijaban después de haber salido el sol. Hoy quisieras salir y no puedes, suéltate las manos de la espalda tú mismo y no me mires con esos ojos que, si te lo tengo que explicar otra vez, si me lo pides, te lleno la cara de sal. Yo mismo me amarro las muñecas, me meto al último cajón y me encierro. Cuando terminen de contar y me busquen me van a encontrar sentado afuera, comiendo en el patio, durmiendo otra siesta de jueves, con carne en las manos, deseando soñar al revés.

viernes, 21 de mayo de 2010

Malas Horas

Las visitas a malas horas son sólo un invento tuyo, has visto más tierras y te desentiendes fácil de tu destino.

Esta ciudad se te está conviertiendo en un camino más, ya tus maléficas manos de carne y hueso están quemando todos los árboles que tocas y los pájaros, los pobres pájaros te aman, hacen milagros por ti, te dejan volar, te piden que cantes y tú caaantas sin decir una sola palabra. Ayer, como hace tanto te sentaste a esperarme y como yo te dije todo lo mismo tú respondiste igual. ¡Qué emoción que mis manos escuchan fácil! Si prometes no volver a tocarme la ventana a destiempos te mando a callar, te entierro afuera y quemo madera negra en tu nombre, el que yo te di.

domingo, 18 de abril de 2010

Manos al sol

Hoy desperté sabiendo algo nuevo, las sabias diosas me lo enseñaron jugando, yo me distraía con sus palabras y escuchaba al revés todo lo que me decían. Me decían secretos terrenales, cubiertos, todos, de silencios incómodos, de los segundos olvidados que nadie en el mundo contó. Para deshacerme de este nuevo saber decidí hablarle en susurros a la vieja pared del corredor que ya todo lo ha pensado, "pared pared..."

Tengo las manos sucias, las meto en los bolsillos, me quito el pantalón, me voy a dormir, sueño que camino por una calle o carrera o transversal, transversal transversal, voy bajando y no sé qué siento, cuento los carros rojos, volteo por otra parte, es un atajo!, quiero llegar pronto, me despiertan cantando, quiénes son esas personas, abro la ventana, me monto al techo, me acuesto, cuento los aviones, mis manos están limpias, las saco a secar con el sol fuerte de hoy.

Dos hechiceras están furiosas, la una con la otra y se encantan desde que se despiertan hasta que se acuestan. Se convierten en gallinas, en arbustos, en ropa sucia, en trapiadoras. Se quitan el tiempo y se esconden debajo de la escalera para asustar. Ah! Yo tengo sustos constantes desde que comenzó esta situación y no he podido dormir nada, cuando cierro los ojos las veo sacando fuego por las manos y chispas por la boca, saltando en los muebles, no sé si están llorando o riéndose sin ganas, me tocan la puerta y como yo no les abro ellas me dejan cosas escritas en la pared, "sal y pimienta, yo te quiero más, la comida está en la nevera, los platos sucios, las manos sucias no te dejan pensar"

lunes, 8 de marzo de 2010

Los dones que te dio tu madre blanca son ahora de todos tus colores viejos.
Te cortas el pelo con los ojos cerrados.
Te comes las manos por las noches.
Bailas en un solo pie y te ríes con varias voces.
Haces magia durmiendo.
Hablas por instinto, tocas suavemente, no sabes qué decir.
Convences a demonios, a animales, a cosas de madera.
No te acuerdas cómo es el mar.


Amas sin saber.

domingo, 17 de enero de 2010

Tijeras


Pisé unas tijeras muertas.
No las maté yo y no sé quién lo hizo.
Ayer estaba corriendo por un bosque nuevo y me caí al río, estaba caliente y decidí entonces dejar de correr por un día.
Hoy me desperté en un lugar que no conozco, el suelo es frío y está lleno de tijeras, algunas están vivas, algunas dormidas, algunas muerden, voy a empezar a correr.